No hay ninguna duda de que la cama es uno de nuestros lugares favoritos. En ella estamos relajados y calentitos. De hecho está demostrado que cualquier persona pasa aproximadamente un tercio de su vida metido en ella, pero ¿sabemos cada cuanto hemos de cambiar las sábanas? ¿Que debemos tener en cuenta a la hora de comprar sábanas? Si saliéramos a la calle a hacer esta misma pregunta a cada persona con la que nos encontremos, obtendremos respuestas muy diferentes: cada semana, dos veces al mes, una vez al mes…y es que a diferencia de otras labores del hogar, esta es una duda que aún no tiene una respuesta clara. En este post te vamos a dar algunas pistas de por que es conveniente que laves tus sábanas con cierta frecuencia y no las dejes eternamente en la cama. Como verás, comprar sábanas adecuadas es importante, pero igual de importante es cambiarlas con asiduidad.

Cuando nos metemos en la cama, nuestro cuerpo puede desprender gran cantidad de sustancias y partículas. Algunas inocuas, pero otras que deberíamos evitar en todo momento. En la cama pueden quedar restos de maquillaje, crema, sudor, pelos, células de piel muerta, etc. sin contar con cualquier otra partícula externa que pueda haber quedado retenida en nuestro cuerpo en la calle, algo que se podría evitar simplemente duchándonos antes de irnos a la cama.

Especialmente curioso es el caso del sudor. Y es que algunos estudios científicos cifran en aproximadamente 100 litros la cantidad de sudor que un adulto puede producir mientras duerme en un año completo. En tales condiciones de humedad, el desarrollo de hongos es cuestión de tiempo.

Otro elemento de especial importancia son los ácaros. Está demostrado que en una cama puede llegar a haber hasta 1,5 millones de estos diminutos seres. Estos individuos encuentran en la cama un espacio idóneo donde vivir y multiplicarse. Hay que tener en cuenta que los ácaros son uno de los principales factores que producen alergia, dando lugar a síntomas como el taponamiento nasal, los estornudos o los picores, pudiendo llegar incluso a producir problemas más serios como por ejemplo el asma.

Ante todos estos problemas, expertos en microbiología e inmunología recomiendan cambiar las sábanas, la funda de la almohada y la funda del colchón cada semana, siendo conveniente hacerlo con agua caliente (a una temperatura mínima de 60 grados) para garantizar la total eliminación de partículas que pueda haber retenidas en las sábanas, muy especialmente los ácaros y otros alérgenos. Una alternativa para aquellas prendas que no permitan el lavado con agua caliente, es utilizar la secadora antes de lavar.

Hay otras medidas que aunque no están directamente relacionadas con la ropa de cama, son convenientes llevar a cabo para reducir la presencia de ácaros en el hogar. La medida fundamental es mantener la humedad relativa en nuestro hogar por debajo del 50%, dificultando así la reproducción de los ácaros y otros microorganismos. Para conseguirlo, puedes utilizar un humidificador y un higrómetro que te ayude a controlar la humedad existente en cada momento.

Seguro que después de leer este post decides cambiar tus sábanas con más frecuencia, y es que a nadie le gusta «compartir» cama con tal cantidad de sustancias. Además considera la opción de comprar sábanas de calidad, además así dispondrás de otro juego de sábanas en todo momento.

Recuerda que si quieres saber más sobre como elegir las sábanas perfectas, puedes leer nuestro reciente post sobre ese tema. Además, no olvides visitar nuestra tienda online en la que podrá encontrar las ultimas tendencias en sábanas de cama.